Rabino Oury Cherki
Ki Tavo - Torá desde la Tierra
Publicado en la página web de Centro Mundial Noájida. El artículo original en hebreo.
En el Monte Sinaí, la Torá fue dada desde el cielo y no desde la tierra. La voz tremenda y poderosa de Di-s irrumpió desde la cima de la montaña, y a la nación no se le permitió subir, ni incluso acercarse al borde de la montaña, bajo amenaza de muerte. Cuando la Torá se da de esta manera, crea más miedo en el alma que amor, y es una fuente de temor e intimidación. Evidentemente, las condiciones de vida y la conciencia que existía en el momento en que se dio la Torá era tal, que no había otra manera posible de ser entregada.
Según los sabios, la Torá fue dada antes de su tiempo apropiado, es decir, antes de que las condiciones fueran adecuadas para ser integrada completamente en la vida, sin ningún sentimiento de coerción y sin actuar en contra de la naturaleza del hombre. Si la guía Divina hubiera esperado otras 974 generaciones (como explica el midrash), no solo que la Torá habría sido recibida en un estado en que la humanidad podría identificarse plenamente con ella, sino que no habría habido ni siquiera necesidad de revelación. Por el contrario, las mitzvot se habrían cumplido sin una entrega explícita de la Torá, de forma natural, como en el tiempo de los antepasados (los patriarcas), que de hecho observaron toda la Torá antes de que nos la dieran.
El Rav Saadia Gaon explica que la razón de adelantar la revelación divina fue el evitar un largo período de sufrimiento, que habría sido el destino de la humanidad, si la Torá no se hubiera recibido en el desierto de Sinai.
Pero esta entrega anticipada en el desierto, implico que era necesario agregar a este evento amenazante del Monte Sinaí, otro evento más amigable, que pudiera sanar el trauma causado por la revelación de Sinai, descripta por nuestros sabios como: "El impuso la montaña de Sinai sobre las cabezas del pueblo como un gran cuenco (palangana invertida sobre sus cabezas) de forma amenazante" (Talmud babel, Tratado de Shabat 68 A) este primer evento tuvo lugar fuera de la Tierra de Canaán, no en el lugar natural de la Torá.
Por lo tanto, cuando el pueblo entra en la tierra de Israel, ocurrio el segundo evento que completa la primera revelación, como vemos que la Torá describe en la porción de esta semana "Ki tavo", la reunión que tuvo lugar en el Monte Gerizim y el Monte Ebal. Aquí, todo ha cambiado y se ha invertido. El pueblo de la nación está en la cima de las montañas, y las voces, voces humanas que salen de las bocas de los levitas ubicados en el valle, debajo, entre las montañas, surgen desde la tierra. Esto muestra que la Torá de la Tierra de Israel proviene de la terrenalidad, de la vida misma, sin ningún elemento de coacción. Este es un tipo de Torá que realza la fe en la capacidad de la humanidad -que ya ha escuchado las palabras de Di-s en el Sinaí- para coordinar su conocimiento con el de Di-s, basado en las profundidades de su propia naturaleza.
La fuente dual de la Torá, del cielo por una parte y de la tierra por otra, corresponden a las dos fuentes de la santidad que describe el Rav Kook (Orot Hakodesh, volumen 2, Santidad general, capítulo 23). Por un lado, hay una santidad "normal" que lucha contra la naturaleza y se le opone, y por otro lado está la perfección que vendrá al final de los días debido a la acción de la "santidad de la naturaleza", que surgirá para defender su posición con fuerza después de haber sido excluida durante un largo período de exilio. De manera oculta, esto ha creado el movimiento secularista moderno, que habla en nombre de "una vida normal" sin darse cuenta de que su propia fuerza motriz es la santidad que se esconde dentro de la naturaleza.
Al final, ambos tipos de santidad lograrán la paz entre ellas y reconocerán que tienen una raíz común. Por lo tanto, aquellos que recibieron la Torá del cielo reconocerán la riqueza escondida en aquellos quienes la recibieron de la tierra, y aquellos que la recibieron de la tierra aceptarán amorosamente el poder de vida que se encuentra en la revelación de la Torá celestial.