Rabino Oury Cherki
Naso - Cerca y Lejos
Publicado en la página web de Centro Mundial Noájida. El artículo original en hebreo.
El libro de Números (Bamidbar) nos enseña cómo comportarnos en el desierto, cuando el orden normal de las cosas ha sido perturbado. La parte de la Torá de esta semana comienza con los problemas del individuo, quien deja de lado su rutina vida.
Aunque generalmente la Torá primero trata la situación general y luego va a casos particulares, en ocasiones de crisis es necesario comenzar con el individuo. Es imposible relacionarse con los asuntos generales cuando todavía el alma individual permanece en una situación compleja.
El criterio, en nuestra porción semanal, para analizar los problemas de un individuo es qué tan cerca está este de la fuente de santidad, el Tabernáculo. Después de que las tribus se organizan en torno al Tabernáculo, la fisiología de la nación, el cuerpo general se revela. Puede suceder que estar demasiado cerca del sitio más sagrado puede poner a una persona en una situación compleja, porque él o ella estén impuros en el aspecto personal. La forma de resolver el problema es enviar a la persona lejos, a una cierta distancia, para poder reconstruir su identidad e individualidad en condiciones que no requieren contacto directo con las exigencias de santidad: "Manda a los hijos de Israel a que envíen lejos del campamento a todo leproso, a todo el que padece de flujo y a todo el que ha entrado en contacto con un muerto" [Números 5:2].
Este es el orden de las cosas: un Leproso ("tzaraat"), la cual es causada por su fracaso moral dentro de la comunidad (por ejemplo, difundiendo calumnias) se lo envía a pasar un tiempo en soledad, retirado fuera de los tres (de todos) campamentos santos, para reunirse con su propio ser y volverse puro.
Por otro lado, el que padece de flujo corporal impuro ("zav"), que tiene una problema que no está relacionado con su voluntad (moral), y por ende no es tan grave como el leproso, pero está algo afectado por su fragilidad humana. Él es enviado solo fuera el campamento de los levitas, porque permanecer allí requeriría un nivel de pureza mental que este individuo no sería capaz de mantener.
Y el que es impuro por haber entrado en contacto con un muerto, no ha sido afectado moralmente o mentalmente. Sin embargo, su contacto con la muerte lo ha puesto en contacto con el mundo "A posteriori", o sea donde la muerte es una realidad debido al pecado original de la humanidad. Por lo tanto, solo se le impide entrar en el campamento de la Shejina (la Divina Presencia), que está asociada con la vida y no con la muerte.
Luego de esto, la porción de la Torá discute la situación opuesta. Hay casos en que una distancia demasiado grande de la santidad conduce a la complejidad humana y al fracaso, hasta el punto de que una persona no muestra respeto por nada de lo que pertenece a los otros, y comete un Robo, esto se puede comparar con una persona con Lepra, que usó su lengua para dañar a su projimo. La solución es traer a esta persona al Templo y pedirle que traiga un sacrificio, el "Asham" (culpa), relacionado al robo. Forzar un encuentro con la santidad le enseña que dañar a otra persona, tomando su dinero (como en este caso) también daña la santidad en el mundo entero.
Hay momentos en que las relaciones humanas se vuelven aún más complicadas, en paralelo a un "Zav" (que discutimos anteriormente), relacionado con la intimidad de las relaciones entre una pareja. La parashá habla de la paz en el hogar, la cual debe fundarse en el entendimiento de que para una relación sea fructífera, "la Shejiná debe estar entre ellos". Si falta esta base, esta conexión con la presencia Divina, la relación se resquebraja. Y la pareja debe por lo tanto ser llevada al Templo, para ver las razones de como el santo nombre de Di-s ha sido borrado de la relacion, para devolver la paz al hogar.
El ascetismo del "Nazir" es una manera de elevar a un individuo a un nivel de santidad personal, donde no hay lugar para la impureza del contacto con la muerte, similar a las leyes del Sumo Sacerdote, y esto es para reparar problemas en su personalidad.
Las muchas y diferentes formas de tratar el alma individual implican el peligro, como efecto secundario, de concentrarse demasiado en el aspecto individual de la persona. Y esa es la razón por la cual están aquí las bendiciones de los Kohanim, estas bendiciones son necesarias unir a todos, bajo un mismo techo, como parte de la Casa de Israel, con la bendición de la manifestación de la Divina Presencia de la, La Shejiná, en la nación entera como una unidad.