Rabino Oury Cherki
Matot - Hablando con el Todopoderoso
Publicado en la página web de Centro Mundial Noájida. El artículo original en hebreo.
Las leyes de "nedarim" (Hacer un voto o juramento) que incluyen la prohibición, "Si un hombre hace un voto al SEÑOR, o hace un juramento para imponerse una obligación, no faltará a su palabra; hará conforme a todo lo que salga de su boca" [Bamidbar 30:3], nos muestran la gran seriedad y el riguroso carácter de aquello que está relacionado con la santidad del habla.
Lo que una persona dice, lo debe hacer.
Las leyes de los "nedarim" son bastante sorprendentes. Con el solo hecho de hablar, una persona puede crear lo que en realidad puede considerarse como una religión particular, privada - creando un conjunto personal de rituales. Él puede agregar prohibiciones personales que no existen en la Ley general, que serían consideradas como mitzvot negativas, que no aparecen en la Torá. También puede agregarse a sí mismo obligaciones positivas que la Torá no le dio. Y todo esto tiene lugar como resultado del habla, el hablar, nada más.
Es incluso posible cancelar una mitzvá positiva. Si una persona jura no tocar un tipo de objeto usado para una mitzva, él está impedido de realizar esta mitzva (Ver Rambam, Hilchot Nedarim 3:36). Lo único que una persona puede no puede cancelar a través de un "Neder" es una prohibición explicita de la Torá.
Esto es bastante sorprendente, ya que las mitzvot nos fueron dadas por Di-s, mientras que aquí estamos discutiendo una obligación, una mitzva que… ¡fue iniciada por el hombre!?
La respuesta es que la Torá quiere enseñarnos que el habla no es simplemente una habilidad natural del hombre, sino que es más bien una extensión de la palabra del Santo, Bendito sea. Todas las mitzvot nos fueron dadas por vía oral, que escuchamos de la boca de Di-s. Y el habla humana, que también es parte divina, puede unirse con la Torá de Di-s y crear una innovación, una nueva mitzva.
Esto nos lleva a una cuestión mucho más profunda. La relación entre el hombre y el Santo, Bendito sea Él, se puede pensar como un diálogo, una conversación entre el Creador y su criatura. Podríamos pensar que las mitzvot son leyes de la existencia, como las leyes de la naturaleza (gravedad, etc.), leyes impersonales, que no tienen realmente un significado inherente al Creador. Pero esto no es así, las mitzvot son la palabra de Di-s.
¿Por qué es esto tan importante?
Porque es imposible hacer un compromiso con una ley de la naturaleza, la ley es la ley, la cual es totalmente impersonal, y no está relacionada con el ser humano ni con su moralidad o amoralidad, o si una persona se arrepiente o lamenta su acción. Por otro lado, dado que las mitzvot son la palabra de Di-s y no una ley impersonal, no nos encontramos ante "algo" sino ante "Alguien". Si estamos en contacto con "Alguien", podemos hablar, mostrar contrición, o incluso prometer que nunca volveremos a hacer lo mismo. Y este arrepentimiento nuestro puede ser aceptado. De hecho, existe un dialogo entre el Creador y Su criatura.
Este asunto está relacionado profundamente con la percepción y entendimiento de Dios en el judaísmo en comparación con otros puntos de vista filosóficos, como el griego o incluso con el punto de vista secular. Para la nación de Israel, Di-s también es el Creador, Aquel que proporciona la vida a pesar de que no está obligado a hacerlo. Todo el acto de la creación en su totalidad es un acto Moral, voluntario, un acto completamente libre el cual no es el resultado de coacción alguna.
El resultado es que la relación entre el mundo y Di-s es una relación entre "Creador" y creado, por un lado quien recibe la vida, por el otro quien da la vida. Lo cual muestra el carácter y la base Moral de esta relación.
En las religiones de los gentiles, por otro lado, Di-s, el creador, es quien estableció las reglas, pero la moral no constituye parte esencial de la relación con él.