Rabino Oury Cherki
Tazria-Metzora - La cuenta hasta ocho
Publicado en la página web de Centro Mundial Noájida. El artículo original en hebreo.
El significado profundo de los mandamientos lo aprendemos de las historias de la Torá. El rabino Yehudah Ashkenazi (Manitou) explicó que esto lo vemos en el ejemplo que la Torá nos cuenta acerca de la mitzvá de Gid HaNashe (ligamento de la articulación de la cadera). La lucha de Jacob con el ángel y la lesión causada a Jacob por este nos sirvió como patrón para todos los demás mandamientos, cuyas razones están ocultas en las partes narrativas de la Torá, especialmente aquellas en relación con la historia y la grandeza de los antepasados de la nación.
Siguiendo este entendimiento: ¿Quién es de nuestros antepasados, quien forma el modelo para el leproso (Metzora)?
Este es Moshe Rabeinu (Moises) mismo, quien es el primero que la Torá menciona el hecho de que se relaciona con la Lepra. La palabra ‘Metzora (Lepra)’ también es cercana etimológicamente a la palabra ‘Mitzri (egipcio)’, que es el término en que Moisés es reconocido por las hijas Yitro (Jethro) en el aljibe. La lepra le apareció a Moisés cuando se le pidió que usara el poder de su discurso para sacar a Israel del cautiverio de Egipto, y el dudó de su propia habilidad para esta tarea.
La Torá cuenta que Moises dice sobre si mismo que "Sus labios no estaban circuncidados" ( de lengua pesada, algunas explicaciones sostienen que incluso tartamudeaba). La lepra está relacionada con una dificultad, una afección en los órganos relacionados con el habla. Se expresa en las Mitzvot cuando hay una avería o transgresión al hablar con o sobre los Hijos de Israel, denominada especialmente "Lashon harra (Mala lengua)".
Y es por esto que vemos que la purificación del leproso es similar al proceso que atravesó Moisés.
Es necesario rescatar del "habla" de Egipto, de la cultura de Egipto incrustada en la personalidad de Moises (y de todo el pueblo de Israel), la parte que es apropiada. En el caso del leproso, en la forma del pájaro que se sacrifica - similar al cordero del sacrificio de la Pascua, contra el temor de Egipto que es comido después de su sacrificio - en contraposición del pájaro que es liberado en el campo cubierto de sangre, que será devorado por algún otro animal (como ocurre con el chivo expiatorio en Yom Kipur).
La espera para la purificación, del afectado por la lepra, durante siete días fuera de su tienda es paralela a la espera de Moises para regresar a su pueblo después de años de aislamiento físico y mental en su estancia en la casa de Faraón primero y luego en Midián. Su regreso se retrasó hasta que circuncidó a su hijo, para adquirir un nivel espiritual más elevado, lo cual es logrado en el octavo día.
Tres mitzvot (preceptos) requieren un conteo de siete días de preparación para el acto de santidad en el octavo día: El proceso de pureza del leproso, El proceso de pureza del Zev y Zevah (flujo sexual), y el sacrificio Asham ofrecido por un Nazir (Nazareno). Estas son tres caídas, que llevan a la persona a un nivel muy elevado, luego de completar su corrección. Un metzora (leproso) debe corregir la relación entre el hombre y su projimo, El Zev (o Zevah) debe corregir la relación del hombre con sigo mismo, y el Nazir (Nazareno) entre el hombre y Dios. Estos tres fundamentos, son el principio de las tres relaciones esenciales del hombre en la creación. Y también son la raíz de las prohibiciones del derramamiento de sangre (el hombre y el prójimo), las relaciones sexuales impuras (el hombre con el mismo) y la idolatría (el hombre y Dios).
Y estos revelan así mismo, como quien estando fuera del ámbito de lo sagrado, regresa a éste con más fuerza después de su purificacion.