Rabino Oury Cherki

Bo - Las tres últimas plagas

Publicado en la página web de Centro Mundial Noájida. El artículo original en hebreo.




Aunque el faraón sabía que las primeras siete plagas, aclararon la diferencia real y concreta entre Israel y Egipto, justificando la demanda del pueblo de Israel de abandonar la "Klipa" (corteza) egipcia y emprender el proyecto de convertirse en líderes de la cultura humana. Sin embargo, el faraón, a diferencia de sus asesores que lo presionaron, reclamándole: "los siervos de Faraón le dijeron: ¿Hasta cuándo este hombre nos será causa de ruina? Deja ir a los hombres para que sirvan al SEÑOR su Dios. ¿No te das cuenta de que Egipto está destruido?" (Éxodo 10,7) él cree que se debe aclarar un asunto más, más profundo aún, que incluso si es cierto que actualmente, en la práctica, hay una diferencia entre Israel y las naciones, ¿acaso es esta la intención original del Creador? ¿Es que esta diferencia ya existe desde un principio? ¿o acaso es simplemente un "accidente" histórico que podría ser "corregido" con el tiempo?

En aras de esta aclaración, vinieron las tres últimas plagas. Las langostas, la Oscuridad y la muerte de los primogénitos, las cuales que reproducen la creación del mundo. La langosta (en hebreo "Arbe") constituye y representa el poder reproductor, la enorme potencia de la multiplicidad en la Creación, en el origen del mundo: "Y subieron las langostas sobre toda la tierra de Egipto y se asentaron en todo el territorio de Egipto; y eran muy numerosas. Nunca había habido tantas langostas como entonces, ni las habría después" (Exodo 10,14), y se aclara entonces que ya entonces, en la Creación del mundo, hay una distinción entre Israel a las naciones "Porque si te niegas a dejar ir a mi pueblo, he aquí, mañana traeré langostas a tu territorio. Y cubrirán la superficie de la tierra, de modo que nadie podrá verla…Y llenarán tus casas, las casas de todos tus siervos y las casas de todos los egipcios, algo que ni tus padres ni tus abuelos han visto desde el día que vinieron al mundo hasta hoy" (Éxodo 10, 4-6).

Pero así y todo, esta enorme multiplicidad, este "Haber" inconmensurable, este "Todo", tiene su fuente en el "No-haber-Nada" (el mundo fue creado "ex nihilo") y en este "No-haber-Nada", es imposible distinguir entre criaturas. La plaga de la Oscuridad, las Tinieblas (en hebreo "Joshej") constituye y representa este "No-haber-Nada" previo a la Creación del mundo,refutando así la afirmación que no podría haber distinción en este estadio: "Extendió Moisés su mano hacia el cielo, y hubo densas tinieblas en toda la tierra de Egipto por tres días. No se veían unos a otros, nadie se levantó de su lugar por tres días, pero todos los hijos de Israel tenían luz en sus moradas" (Éxodo 10, 22-23)

Queda entonces por ver si la intención primaria, "Bereshit"(En el principio), si la primera voluntad era distinguir entre Israel a las naciones. Es que entonces se realizó la crucial prueba del "Principio" (en hebreo "reshit") quien es el Primogénito, como está escrito: "Así dice el SEÑOR: "A medianoche yo pasaré por toda la tierra de Egipto, y morirá todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se sienta en su trono, hasta el primogénito de la sierva que está detrás del molino; también todo primogénito del ganado. "Y habrá gran clamor en toda la tierra de Egipto, como nunca antes lo ha habido y como nunca más lo habrá. "Pero a ninguno de los hijos de Israel ni siquiera un perro le ladrará, ni a hombre ni a animal, para que entendáis cómo el SEÑOR hace distinción entre Egipto e Israel" (Éxodo 11,4-7), donde Dios tuvo que actuar solo, como en el momento que decidió crear al mundo : "`Porque esa noche pasaré por la tierra de Egipto, y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, tanto de hombre como de animal; y ejecutaré juicios contra todos los dioses de Egipto. Yo, el SEÑOR" (Éxodo 12,12). "Yo soy el SEÑOR", yo soy Él y no otro. Para anunciar quién es el hijo primogénito de Di-s: Israel y no Egipto.